Published On:viernes, 17 de marzo de 2017
Publicado por Redacción
Morena, la falsa esperanza castrochavista de México
Por Rafael Ruiz Velasco
MAR 16, 2017
Frecuentemente además hace alusión a mensajes y supuestas
proezas alcanzadas por políticos y caudillos de izquierda latinoamericanos,
como el hermano y sucesor del dictador Fidel, Raúl Castro por citar un ejemplo.
(En Línea)
No es ningún secreto que Andrés Manuel López Obrador se
encuentra en plena carrera presidencial, no solo anticipadamente, sino que lo
hace desde hace doce años al menos. Lo de AMLO y la presidencia de la República
parece ser más una obsesión personal con la investidura presidencial más que un
verdadero proyecto político incluyente y solidario como él mismo insiste en
afirmar.
También es un hecho que tanto tiempo en campaña no ha
sido en vano y sin duda sus estrategias de marketing político han mejorado con
el tiempo. El AMLO de hoy pareciera ser más sensato, menos radical y más
abierto al dialogo que aquel que llamaba “chachalacas” a sus adversarios y se
atrevió a nombrarse a sí mismo como presidente legítimo de la Nación en un acto
inaudito políticamente.
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Sin embargo, sus formas y métodos partidarios totalmente
centrados en su persona, su total autoritarismo hacia las decisiones de su
partido, el total protagonismo que pretende que se le otorgue a su figura y sus
formas políticas que recuerdan a rituales de sectas por el fanatismo con el que
se llevan a cabo, siguen delatando a una persona que cree en la centralización
del poder como herramienta de “salvación” de las masas y en sí mismo con un
profeta o iluminado que posee la luz para encontrar el verdadero camino.
AMLO no cree en el poder de la libertad ni de las
decisiones individuales, para él existen solo dos bandos: el de las víctimas de
él y los victimarios esclavos del “sistema neoliberal”. Curiosa postura para
alguien que vive del mismo sistema financiado por los contribuyentes y que
recibirá tan sólo en 2017 una cantidad cercana a los 1000 millones de pesos
para fines políticos y proselitistas.
Otro detalle que no está de más resaltar es que
absolutamente toda su gente de confianza, incluyéndose a sí mismo, han militado
en los partidos que abiertamente considera como rivales, principalmente en el
Partido Revolucionario Institucional (PRI) y en el Partido de la Revolución
Democrática (PRD). Su postura antisistema se sostiene con alfileres cuando
analizamos los perfiles y trayectorias de sus colaboradores más cercanos.
Si algo le molesta a AMLO y sus defensores recientemente
es que lo asocien con el chavismo y los desastrosos resultados que a estas
alturas ya son imposibles de ocultar. La crisis en Venezuela ha llegado a
niveles de inflación, escasez e inseguridad alucinantes y en consecuencia para
el eterno candidato mexicano, que se le relacione con estas ideas y corrientes
políticas, ha dejado de ser rentable desde hace tiempo, aunque en el fondo su
relación y similitud en sus propuestas sean totalmente evidentes.
La semana pasada, la secretaria general de su partido, es
decir, la segunda persona con más poder en la organización, Yeidckol Polevnksy
mando un mensaje bastante delator en su cuenta de twitter:
“#Maduro sigue apostando por el diálogo en #Venezuela,
ante intentos golpistas que promueve…”
Frecuentemente además hace alusión a mensajes y supuestas
proezas alcanzadas por políticos y caudillos de izquierda latinoamericanos,
como el hermano y sucesor del dictador Fidel, Raúl Castro por citar un ejemplo.
Sin importar los alegatos
que es su cuenta personal y que sus tweets no comprometen a su partido,
que una persona tan cercana al Mesías político y con el puesto jerárquico que
ostenta en MORENA apoye abiertamente al régimen castrista y chavista nos da un
mensaje bastante claro: la supuesta mesura de AMLO rumbo al 2018 en ciertos
temas económicos y sociales no es más que una estrategia de marketing político.
AMLO y sus seguidores creen en la redistribución de la
riqueza en lugar de su generación y por tanto creen en la generalización de la
pobreza en lugar de su erradicación.
Para verdaderamente erradicar la pobreza y la corrupción
que nos azotan como país necesitamos un gobierno que ceda sus excesivos poderes
a los ciudadanos y se encargue solo de preservar los derechos de vida,
propiedad y libertad, algo que AMLO no alcanza a vislumbrar ni remotamente.
Las políticas de MORENA (Movimiento Regeneración
Nacional) y sus oportunistas líderes están basadas en ideologías que han
fracasado una y otra vez en cada uno de los países en que se han intentado
implementar en menor o mayor medida.
El socialismo del siglo XXI ha sufrido duros embates
político electorales en los años recientes en toda América, porque quienes
votaron por ellos se han dado cuenta que les vendieron apenas más que
espejismos de progreso que en realidad eran inflación, pobreza, deuda pública y
una disminución generalizada de la calidad de vida. Ahí tenemos el caso de
Argentina, Venezuela, Perú, Brasil o incluso
Estados Unidos.
Contrario a lo que muchos temerarios afirman, en México a
pesar de todos los retos pendientes sí tenemos mucho que perder, y basta con
ver la situación en la que se encuentran sumergidos los países gobernados por
los líderes que los militantes de MORENA siguen y secundan.
No compremos más espejismos disfrazados de honestidad y
buenas intenciones. Es verdad que necesitamos un cambio de dirección política y
socialmente hablando — urgente— pero no hacia atrás como AMLO y su partido
proponen tan abierta y cínicamente.