Published On:viernes, 24 de marzo de 2017
Publicado por Redacción
Construcción de personas
(Movilización Nacional contra las violencias machistas)
Por Mayra Martínez
Soy feminista. Pero eso no significa que odie a
los hombres, que crea las absurdas teorías de que “todos son iguales” o que las
mujeres somos superiores. Soy feminista porque tengo la convicción de que esta
doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de
capacidades y derechos que
tradicionalmente han estado reservados para los hombres, se den en igualdad de
oportunidades y sobre todo que la asignación de roles cambie, porque es la
puerta para enmendar a la justicia social; no es sólo la igualdad, es la
equidad, el diálogo, los acuerdos. Siendo feminista ayudaré a que muchos
hombres no sean estigmatizados, la violencia de género, principalmente la
doméstica no viene de un hombre por el simple hecho de serlo, por cargar una
brutalidad que le surge por tener genitales masculinos; muchas mujeres la
ejercen y estos casos por la propia cultura machista nunca se ven alarmantes en
la estadística. Guerrero encabeza las cifras en feminicidios por esta razón, y
no son los hombres por el sólo hecho de serlo…es su formación. El machismo es
el sello de México, y en esto lo más asombroso es que han contribuido muchas
mujeres, las mujeres enseñan y los hombres dictan… a todas se nos quiere mudas,
santas, buenas, vírgenes y aptas para cuidar hijas e hijos. A ellos lo quieran
o no, se les quiere fuertes, inmutables al llanto, proveedores y jamás deben
tocar la cocina o los pisos. De cara entonces,
a la estadística nacional en donde permean altos índices de violencia
principalmente doméstica, (repito para que no se olvide que en Guerrero es
alarmante) debemos sensibilizarnos en el tema, y mucho tiene que ver la
formación de cada hombre y mujer y que viene desde los primeros años de vida,
se trata de cómo nos construimos como personas,
de qué valores son los que nos envuelven… de qué estamos hechos, ¿quién
asume la responsabilidad de los odios que se engendran, de los señalamientos
que se hagan a las mujeres?, ¿por qué en mayor medida los sectores vulnerables
niños/as, pobres, ancianos/as, mujeres, homosexuales siguen siendo víctimas de
abusos? La respuesta es sencilla, cada persona fue hecha a imagen y semejanza
de las ideas que le inculcaron, sea hombre o mujer despreciará lo que le hayan
instruido con ejemplos se deba despreciar y habrá una lucha de poder por
aquello que le hayan dicho le pertenece. Soy feminista y salgo a las calles con
muchas otras como yo en búsqueda de respuestas para equilibrar esta situación,
sé que muchos hombres dirán que descuido la casa, al marido de haberlo y los
hijos e hijas, que no hago comida, que si tengo apoyo de otra mujer (porque no
hay hombres que ejerzan el servicio doméstico es porque no amo a mi familia),
sé que para muchos las mujeres que salimos a realizarnos profesionalmente como
los hombres somos unas putas, igual lo dicen ellos que ellas, y créanme, son
más las mujeres que tratan este punto, son más las mujeres que nos llaman
putas, mujeres egoístas y las causantes de la desintegración familiar y el caos
social que ahora existe. Soy feminista y desde esta doctrina aplaudo a quienes
ya están formando a las nuevas generaciones con otra visión de lo que somos,
una más humanista y menos machista, que ame a la vida, que respeta a ambos
géneros, que no señale sino aporte, porque el género humano debe ser solidario
pues la historia nos demuestra que los odios sólo llevan a la extinción, ser
feminista no se trata de pelear porque a las mujeres se nos debe ahora dar todo
por el simple hecho de poder usar una falda, se trata de enmendar estas
oportunidades para quien demuestre aptitudes y lo logre, sea mujer u hombre
pero en igualdad de oportunidades, que mi sexo no sea un obstáculo para ocupar
encargos y el sexo de los hombres no les prohíba la hermosa experiencia de
formar a sus hijos e hijas o cuidar de su casa si lo desean; que ninguna mujer
este expuesta en la muerte en su propio hogar por un hombre machista, que
seamos libres de elegir, que comprendamos también que ningún ser humano es
dueño de otro, que la sexualidad de cada persona se respeta, se trata incluso de
empezar a dejar de hablar de géneros y comenzar a hablar de construcción de
personas…de buenas personas.