Published On:domingo, 19 de marzo de 2017
Publicado por Redacción
El voyerista
Por Alfredo Guzmán
*¿Acapulco, se renueva o perece?
Está claro que el proyecto que se desarrolló en Acapulco
en los años 50s hasta los 70s dejó de ser funcional. Estos años fue para
muchos, la época de oro del puerto más bello del Pacífico en México. El billete
verde llegaba a raudales.
El Acapulco tradicional y la zona dorada vivieron, su
mejor momento. Convertido en una zona paradisiaca, para el turismo extranjero,
principalmente de los Estados Unidos de América, sobre todo luego de que la
Habana cierra sus puertas.
Las Vegas, suple a la capital del juego y del placer que
era La Habana.
Las muestras cinematográficas en la Bahía de Santa Lucía,
las bodas fastuosas y el placer que se podía comprar a bajo precio, convirtió a
Acapulco, en un paraíso terrenal.
Las discotecas y la tolerancia que se tenía al
extranjero, hacía del puerto de Acapulco, un lugar obligado a la visita.
La visión de José Francisco Ruiz Massieu, permitió
avizorar una mejor planeación de su crecimiento. Las deudas por la construcción
de la autopista del Sol, las crisis políticas y financieras recurrentes, ligadas
a la corrupción política y social en lo que fue la proyección de la zona
Diamante, hicieron que los proyectos entraran en crisis temporalmente.
Hoy, por ejemplo, muchos hoteles de la zona dorada, viven
con una infraestructura obsoleta y sus costos bajos permiten ser más populares
y con precios que antes no podían pagar sus ahora visitantes, principalmente de
la Ciudad de México y la zona centro del país.
Hoy Acapulco, está fortaleciendo su infraestructura,
incluida la zona Diamante y renueva sus ofertas, con obras como el Acabús, el
Macrotúnel, el puente de Lomas de Chapultepec. Obras como el Xtasea y las
nuevas construcciones de primer nivel, para un turismo exigente, caminan.
Pero el Acapulco tradicional, también avanza. Las
remodelaciones en el corredor turístico cultural del primer cuadro, las plazas
Guatemala, Anfitritas, Costa Rica y Morelos, así como la rehabilitación de la
ventana ecológica de Las Hamacas, la reubicación de la estatua de Apolonio
Castillo y la develación de la Diana.
Se entiende que estas obras estarán resueltas para dar
servicio en la edición 42 del Tianguis Turístico de Acapulco, que regresa al
puerto que lo vio nacer.
La misma Convención Nacional Bancaria, eventos donde se
entiende estarán presentes, altos niveles del gobierno federal, estatal y
municipal.
Pero Acapulco se renueva también en el tipo de turismo,
que da servicios. Hoy, el turismo que vende, es de espectáculos, diversión y
esparcimiento.
Pero ya se vio que funciona y bien, el turismo deportivo.
El Abierto Mexicano de Tenis y el Campeonato Mundial de tiro al banco con
escopeta que inicia hoy, junto con el deportivo que se celebró en Tres Palos,
donde las carreras de motonetas y lanchas rápidas, que regresó, luego de varios
años fuera, fue extraordinario.
Ya camina también, convertir el Centro Internacional
Acapulco (CIA) en un centro deportivo de alto rendimiento, donde habrá hotel de
lujo, canchas deportivas y un sinnúmero de obras que vendrán a rescatar ese
espacio, hoy, subutilizado, sin duda que harán de ese pulmón, un lugar
detonante de infinitas actividades deportivas de alto nivel.
Lo cierto, es que ya camina el rescate financiero del
puerto, con acciones que fortalecen su infraestructura. Ya se piensa en la
viabilidad de hacer otras obras de impacto donde tendrán participación los
diferentes niveles de gobierno, incluida la iniciativa privada.
El talón sigue siendo, la inseguridad y la violencia.
Pero no se puede atacar de tajo con todas las acciones que fortalezcan
Acapulco, incluido Zihuatanejo y las Costas. Poco a poco se llega lejos.