Published On:jueves, 9 de febrero de 2017
Publicado por Redacción
Trump y los ‘bad hombres’
JOSÉ GIL OLMOS / APRO
Como lo hizo desde su campaña y en el arranque de su gobierno, Donald Trump sigue con su estrategia de agarrar a México como su costal de entrenamiento para mantenerse en el ring en una pelea donde lo mismo lanza golpes contra mexicanos que contra alemanes, australianos, árabes y todo aquel que se cruce en el camino.
Pero cuando ya no aguanta el golpeteo el presidente Trump recula y se saca del guante algún golpe bajo que, sin embargo, pierde su efectividad porque se topa con la pared del sistema de justicia, el Congreso, los medios y la sociedad estadounidense que lo ha parado en seco.
Mientras tanto, en su reiterada idea de construir el muro en la frontera con México, el equipo de Trump ha salido con la idea de que serán los cárteles mexicanos de la droga quienes pagarán la construcción de esa barda fronteriza que nos hace recordar los tiempos en que los imperios intentaban vanamente protegerse de los enemigos con murallas y fosas alrededor de sus castillos.
La idea de que sean los recursos fiscalizados a los cárteles mexicanos los que sustenten los gastos que implicará la construcción del muro, forma parte de un conjunto de iniciativas de Trump y su equipo para salir adelante, a como dé lugar, con sus ambiciosos proyectos. Una de esas ideas igualmente peligrosas es enviar tropas militares estadounidenses a México para combatir a los narcotraficantes.
Con estas dos ideas, Trump ha subido a su ring a los "bad hombres”, a los cárteles de la droga no sólo mexicanos sino de América Latina y de Estados Unidos que suministran y comercializan los enervantes que inundan el mercado de consumo más grande en el mundo, el de los adictos estadounidenses.
Trump ha puesto la mira en los cárteles de la droga mexicanos y de varios países que han tomado un poder importante tanto en México como en los Estados Unidos, donde se lava la mayor parte de las multimillonarias ganancias y desde donde viene el suministro de armamento.
De ahí que una de las preguntas necesarias que habría que hacerse es cómo van reaccionar los grupos criminales estadunidenses, italianos, rusos, mexicanos, colombianos, peruanos, venezolanos, salvadoreños, etc., cuando se les quieran cortar las rutas del tráfico y bloquear los circuitos financieros que son donde se llevan las ganancias estratosféricas.
En el tráfico de las drogas que se consumen en los Estados Unidos no están únicamente los grupos criminales mexicanos y latinoamericanos, hay de muchos países que están involucrados en el trasiego y en el lavado de miles de millones de dólares.
Difícilmente todos estos grupos se quedarán con los brazos cruzados viendo que su negocio se acaba o que disminuyen sus ganancias con medidas migratorias como la construcción del muro o la intervención del Ejército estadounidense en la guerra contra el narcotráfico, una medida policiaca militar que en México y en otros países ya demostró su ineficacia.
Las consecuencias fatales de la idea de Trump de meter a su loca pelea al crimen organizado o a los cárteles de la droga podrían tener las peores consecuencias para Estados Unidos, un país donde, según su Departamento de Justicia y Consejo de Relaciones Exteriores, entre 2001 y 2011 los incidentes relacionados con armas de fuego dejaron 40 veces más muertos que los ataques calificados por las autoridades de "terroristas”.
Los "bad hombres”, el crimen organizado, los cárteles de la droga no sólo operan fuera, sino que están dentro de Estados Unidos y quizá sean los más importantes y peligrosos porque no se trata de campesinos como "El Chapo” Guzmán convertidos en las cabezas de grupos que cosechan, producen o transportan los enervantes, sino de personajes que forman parte de los sistemas financieros y bancarios o de la industria del armamento, cuyo poder sale públicamente sólo cuando se tocan sus intereses.