Published On:lunes, 20 de febrero de 2017
Publicado por Redacción
El voyerista
• La base del prestigio, es la credibilidad.
Un elemento que tiene que ver con la credibilidad que
tenga la persona, institución, político o cosa parecida, tiene que ver con el
prestigio. Ya lo establece Robert Greene en su libro “Las 48 Leyes del Poder”,
donde dice que lo único que debemos cuidar es el prestigio sobre nuestra
función. Y el prestigio se construye.
Claro, que siempre habrá momentos en que haya caídas y
acciones que rompen con la credibilidad, pero como el ave Fénix, es posible,
siempre rehacer y reforzar la imagen pública.
Lo cierto es que el Ejército Mexicano es una institución
prestigiosa, que recién cumplió 100 años, como ahora se le conoce y sólo ha
perdido, cuando ha sido utilizado en acciones policiacas, como cuando detuvo a
líderes laborales magisteriales y ferrocarrileros o cuando atacó a estudiantes
el 2 de octubre de 1968.
Pero contra viento y marea, el ejército mexicano ha
venido fortaleciendo su imagen con trabajo. Principalmente su actuación en los
desastres naturales que ha sufrido el país.
Hoy felicito al actual Ejército Mexicano por su
aniversario, luego de que se menciona fue creado un 19 de febrero de 1913.
Y hablando de instancias que han venido construyendo con
trabajo y responsabilidad su imagen, habré de referirme a la Universidad
Autónoma de Guerrero (UAGro), que en los años 70s fue catalogada como escuela
de guerrilleros, hasta los años 90s, cuando inicia un proceso de
transformación, que ahora la coloca como una institución académica prestigiosa,
responsable y con alto reconocimiento de sus pares.
Claro, para que eso ocurriera, fue necesaria una lucha
interna y externa, que lo permitió. Por un lado una lucha tesonera por
enfrentar la intolerancia y el avasallamiento del Poder gubernamental estatal y
federal, que violentaba la autonomía universitaria, que los universitarios
entendieron como libertad de catedra, diseño de sus planes y programas y
defensa de la extensión universitaria y para administrar su patrimonio.
Se enfrentaron dos posiciones. Una institución al
servicio de la lucha social o una institución académica con responsabilidad
social. Ganó la segunda.
Ya en condiciones mejores, la UAGro inició la
transformación de sus actividades ligadas a la investigación, docencia y
administrativa. Con programas de capacitación, actualización y de excelencia,
se logró que las plantillas laborales de las preparatorias, tuvieran mínimo
licenciatura. Igual se planteó que en las licenciaturas, la Maestría fuera el
mínimo nivel educativo. Y así sucesivamente. Hoy la UAgro cuenta con nichos
educativos de excelencia. En los años 70s, 80s y 90s, estaba considerada con
los más bajos niveles educativos del país, junto a Oaxaca y Chiapas.
Cambios en el modelo educativo, cambios en la relación
con el gobierno federal, al no rechazar los programas educativos, sino
adecuarlos a la circunstancia local, que obligaban a la institución a dar
cuentas, a revisar sus resultados académicos y administrativos. Poner sus
programas administrativos a revisión con instancias y certificaciones
internacionales. Definir como prioridad avanzar en el desarrollo de la
docencia, e investigación y en la participación de sus plantas educativas en
revisiones y en competencias internas y externas, que han fortalecido los
resultados.
Nueva ley orgánica de la UAGro, transparencia en el
manejo financiero, al ser establecido, que como ente social y con presupuesto
otorgado por el gobierno federal, se obligaba a entregar cuentas y permitir que
las instancias revisoras del manejo presupuestal, tuvieran acceso al mismo.
Fuera de toda sospecha, la UAgro fue avanzando. Y en
ello, fueron muchos actores, que entendieron el nuevo papel como institución
educativa.
Varios rectores y funcionarios administrativos y sobre
todo la planta docente y administrativa que participó en la transformación
institucional.
Un personaje, entre otros ha sido constante. Javier
Saldaña Almazán quien con 6 años como responsable de la Planeación educativa e
institucional y ahora 4 como Rector, han permitido que de la oscuridad, hoy la
UAGro enfrente con éxito los retos del nuevo siglo. Simple, pero complejo.
Por ello, cuando se supo que la Auditoria Superior de la
Federación (ASF) tenía observaciones al manejo financiero de la UAGro, sólo
hubo que hacer que las instancias responsables entregaran los documentos
faltantes, y todo arreglado. Todas las observaciones fueron solventadas.
Esto indica que una institución bien aceitada, afinada y
con procesos administrativos solventes, responde de inmediato a los
requerimientos de cualquier instancia. Simple, pero complejo.